martes, 8 de septiembre de 2009


Español...



El español o castellano es una lengua romance del grupo ibérico. Es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU[19] y, tras el chino mandarín, es la lengua más hablada del mundo por el número de personas que la tienen como lengua materna.[20] [21] Es también idioma oficial en varias de las principales organizaciones político-económicas internacionales (UE,[22] UA,[23] OEA,[24] OEI,[25] TLCAN[26] UNASUR,[27] CARICOM,[28] y el Tratado Antártico,[29] entre otras). Lo hablan como primera y segunda lengua entre 450[30] y 500[31] millones de personas, pudiendo ser la tercera lengua más hablada considerando los que lo hablan como primera y segunda lengua.[32] Por otro lado, el español es el segundo idioma más estudiado en el mundo[33] tras el inglés, con al menos 17,8 millones de estudiantes,[34] si bien otras fuentes indican que se superan los 46 millones de estudiantes[35] distribuidos en 90 países, y la tercera lengua más usada en Internet (8,2% del total); se espera que para el 2050 lo hable el 10% de la población mundial, con Estados Unidos como primer país hispanohablante.[36]
El español, como las otras lenguas romances, es una continuación moderna del latín hablado (denominado latín vulgar), desde el siglo III, que tras el desmembramiento del Imperio Romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las distintas lenguas romances. Debido a su propagación por América, el español es, con diferencia, la lengua romance que ha logrado mayor difusión.Origen y nombre [editar]
El castellano se originó como un dialecto del latín en las zonas limítrofes entre Cantabria, Burgos, Álava y La Rioja, provincias del actual norte de España, que recibió una notable influencia fonológica del euskera arcaico que se hablaba en esta misma región (artículo principal: Sustrato vasco en lenguas romances), y se convirtió en el principal idioma popular del Reino de Castilla (el idioma oficial era el latín). De allí su nombre original de "idioma castellano", en referencia a la zona geográfica donde se originó.
La otra denominación del idioma, "español", procede del latín medieval Hispaniolus procedente de la denominación latina de la Península Ibérica "Hispania" o, más bien, de su forma ultracorrecta. Cabe recordar que en latín tardío no se pronunciaba la h, pero por motivos eufónicos, se añadía una e- a las palabras que empezaban con s+consonante. Por consecuencia, se creía que la forma escrita correcta de Hispaniolus era Spaniolus (Cf. italiano: storia por historia).
Spaniolus (literalmente: "hispanito", "españolito"), a través del occitano espaignol. Menéndez Pidal ofrece otra explicación etimológica: el clásico hispanus o hispánicus tomó en latín vulgar el sufijo -one (como en bretón, borgoñón, sajón, frisón, lapón...) y de *hispanione se pasó en castellano antiguo a españón, "luego disimilando las dos nasales se llegó a español, con la terminación -ol, que no se usa para significar naciones".[37]
La expansión del Reino de Castilla y su predominancia tras la unión dinástica con la federación que componía la Corona de Aragón, y especialmente la política de castellanización y consiguiente minorización del resto de lenguas de España,[26] iniciada en el siglo XVIII con Felipe V (dentro del proceso de construcción de un estado nación centralizado y unificado), pero que no llegó a implemetarse eficazmente hasta la masiva alfabetización que tuvo lugar durante la segunda etapa del franquismo, han convertido el castellano en la lengua más hablada de toda la península ibérica.[38]
Con la conquista de América, que era una posesión personal de la corona de Castilla, y tras los procesos de unificación lingüística realizados en los nuevos estados americanos tras la independencia de las colonias, el idioma español se extendió a través de todo ese continente, desde California hasta el Estrecho de Magallanes.

Polémica sobre español o castellano [editar]
Artículo principal: Polémica en torno a español o castellano
La polémica en torno a los términos español y castellano estriba en si resulta más apropiado denominar a la lengua hablada en Hispanoamérica, en España y en otras zonas hispanoparlantes «español» o «castellano», o bien si ambas son formas perfectamente sinónimas y aceptables, que es actualmente el criterio académico.
Como muchas de las controversias relacionadas con la denominación de una lengua identificable con un determinado territorio (español con España, y castellano con Castilla), o que lleva aparejada una ideología o un pasado histórico que provoca rechazo, o que implica una lucha en favor de una denominación única para facilitar su identificación internacional y la localización de las producciones en dicha lengua (por ejemplo, en redes informáticas), la controversia es de raíz ideológica, política y económica.
Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, no hay preferencias por una denominación u otra. La ciencia lingüística, siempre que no actúe ideológicamente, se limita a estudiar y caracterizar la complejidad de los sistemas lingüísticos interrelacionados que componen un diasistema o lengua histórica (como conjunto más o menos complejo de variedades geolectales, sociolectales y funcionales, variables a su vez en el tiempo),

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